
En el blackjack, se le reparten dos cartas. En función de ver la carta descubierta del crupier, tiene la opción de tomar más cartas o no. El objetivo es acercarse lo más posible a 21 sin pasarse. El crupier juega su mano de acuerdo con un conjunto de reglas de la casa. La mano más alta gana y el dinero se mueve en consecuencia. Las conjeturas, el riesgo y la pasión del juego giran en torno a la siguiente carta que sale del zapato. ¿Qué será? ¿Hará tu mano y duplicará tu dinero? ¿Te romperá? ¿Hará la mano del crupier, o el crupier pasará y tendrá que pagar toda la mesa? Tus instintos comenzarán a desviar tu mente en una dirección u otra en ese momento, buscando una justificación para acertar o quedarse.
Si acaba de salir una serie de cartas bajas, parece razonable suponer que se debe una carta grande, y viceversa. Un tipo llamado Ed Thorp tenía esos mismos instintos frágiles. Utilizando las primeras computadoras, Thorp examinó si el seguimiento de las cartas podría prestarse a obtener una ventaja sobre el juego. Thorp era un hombre de números, y llegó a un descubrimiento sorprendente. Con algo de gimnasia mental básica, puedes obtener una clara ventaja sobre el juego. Sus conclusiones fueron publicadas en el libro Beat the Dealer en 1962, marcando el nacimiento del conteo de cartas.
Vamos a romperlo, con lo que me refiero a abajo. Esencialmente, cuando han salido más cartas pequeñas y hay más figuras y ases en el zapato, la ventaja comienza a escaparse de las manos del casino a las suyas. Existen diferentes métodos de seguimiento, pero lo más probable es que Affleck estaba usando el método de conteo más común, llamado Hi-Lo. A medida que salen las cartas, el jugador da a las cartas bajas (2,3,4,5,6) un valor de +1 y a las cartas altas (10, jota, reina, rey, as) un valor de -1, mientras que a las cartas del medio (7,8,9) no se les asigna ningún valor. Así que sumas y restas mucho, y cuando y si ese número comienza a subir a un territorio positivo más alto, comienzas a obtener una ventaja sobre el casino.
Si apuesta la misma cantidad en cada mano, todo es un fracaso, PERO si decide mantener las apuestas bajas cuando las cartas no están a su favor y luego aumenta sus apuestas altas cuando la ventaja es suya: bingo. Con el tiempo ganas, no más manos, solo más dinero. ¿Por qué ases y caras? Los ases favorecen al jugador porque cuando obtienes un blackjack, ganas tres dólares del casino por cada dos que apuestes, pero cuando el crupier obtiene blackjack, solo puede llevarse tus dos dólares originales. Más caras significan que es más probable que el distribuidor se arruine. Recuerde que, si bien puede dejar de robar cartas en cualquier momento, el crupier está obligado a seguir tomando cartas hasta que alcance al menos 17.